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18 Comenzaron luego á saludarle: ¡Salve, Rey de los Judíos!

19 Y le herían en la cabeza con una caña, y escupían en él, y le adoraban hincadas las rodillas.

20 Y cuando le hubieron escarnecido, le desnudaron la púrpura, y le vistieron sus propios vestidos, y le sacaron para crucificarle.

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